Atlántida
Atlántida, la capital turística de la Costa de Oro, tiene el encanto de lo agreste y la comodidad de los servicios de una ciudad. El balneario, que en 2011 cumplió 100 años, invita por igual al descanso en sus playas y parques, como a la contemplación de sus calles y edificaciones antiguas cargadas de historias pintorescas.Atlántida
Un remanso de poesías, enigmas y obras arquitectónicas únicas
Atlántida, la capital turística de la Costa de Oro, tiene el encanto de lo agreste y la comodidad de los servicios de una ciudad. El balneario, que en 2011 cumplió 100 años, invita por igual al descanso en sus playas y parques, como a la contemplación de sus calles y edificaciones antiguas cargadas de historias pintorescas.
Así, alguna vez Atlántida fue musa inspiradora y refugio para un amor clandestino del poeta chileno Pablo Neruda con Matilde Urrutia, la que luego sería su tercera esposa. El poeta nombraba al balneario como Datitla, manteniendo en secreto del mundo el lugar de sus escapadas amorosas.Entre los visitantes ilustres del balneario figuran nombres tan diversos como el actor Luis Sandrini, el cantante Hugo del Carril o el poeta español Federico García Lorca.
En el presente, sus residencias enjardinadas, su belleza natural, y el romanticismo de sus estilos arquitectónicos, lo convierten en uno de los destinos favoritos de miles de uruguayos.
Sus dos playas, se caracterizan por bosques de pinos y eucaliptos que le regalan al turista un reparo inigualable del sol veraniego. La Mansa al Oeste, tiene un mar calmo y es la preferida por el público familiar; en tanto La Brava al Este es la elegida por los surfistas que llegan en busca de sus fuertes olas.
Son playas amplias y extensas, de arenas blancas y finas, que cuentan con una excelente infraestructura dedicada para satisfacer las necesidades de los turistas. La movida nocturna, con un fuerte polo gastronómico y varios pubs y discotecas, constituye otro de los atractivos de la ciudad balnearia.
Apenas a 45 minutos de Montevideo, Atlántida, constituye un remanso imperdible para los amantes de la poesía, la literatura y la historia.
¡NO SE PIERDA!
El águila
La enigmática y solemne construcción de piedra con cabeza de águila y cuerpo de delfín es un símbolo emblemático del balneario que despierta la curiosidad de los visitantes. Fue ideada a mediados de siglo XX por Natalio Michellizzi, un inmigrate italiano millonario, quien la llamó originalmente "La Quimera". Con el tiempo se tejieron en torno a ella un sinfìn de leyendas. Se dice que sirvió desde refugio de contrabandistas a observatorio de espías nazis pasando por cento de energía cósmico y laboratorio alquimista. Uno de sus atractivos es que en el preciso momento en que ocurren los dos equinoccios los rayos de luz del amanecer y el atardecer atraviesen la cabeza del águila a través de sus ojos.
La Parroquia de Cristo Obrero
La iglesia construida por el célebre Eladio Dieste es considerada una joya arquitectónica por ingenieros y arquitectos de todo el mundo que llegan a visitarla. Se caracteriza por ondulación armoniosa de sus paredes de ladrillos a la vista, que sustentan una airosa bóveda, sin ayuda de columnas de ningún tipo. Por su singularidad, el edificio fue declarado Monumento Nacional y Patrimonio de América.
Anfiteatro Expoplatea
El anfiteatro ubicado sobre la rambla entre las calles 20 y 22, constituye una parada ineludible en las noches de verano donde se realizan múltiples actividades culturales con entrada gratuita.
Ex-Hotel Planeta Palace
El antiguo hotel con forma de barco perteneció a uno de los primeros pobladores del balneario, Natalio Michelizzi, y fue utilizado por la aristocracia argentina y uruguaya para pasar las vacaciones en la primera parte del siglo XX. Hoy es considerado Patrimonio Histórico Nacional y contemplarlo desde la rambla y la calle 22 es una invitación a viajar en el tiempo.